Oraciones a Santa Rosa de Lima

Nacida en el año 1586 en Lima, Perú, Santa Rosa dedicó su vida a la oración, y a ayudar a los más necesitados. Es la Patrona de Perú, y fue la primera persona que fue canonizada en América. Hoy en día miles de fieles la invocan a través de las oraciones a Santa Rosa de Lima, ya que ha demostrado infinitos milagros.

El día de Santa Rosa de Lima es el 23 de agosto, y el 30 de agosto en algunos países. Pero podemos dedicarle una oración en cualquier momento en que tengamos la necesidad de pedir o dar gracias. Es considerada la patrona de las enfermedades, la fiebre, la tos y los males estomacales.

Oración a Santa Rosa de Lima

Santa Rosa,

recuérdame cada día

lo que es realmente importante,

tú que me acompañas siempre y

que me amas por lo que soy,

déjame venerarte

con todo el amor de mi corazón,

porque siempre estás a mi lado y

me ayudas a aliviar

mi dolor y pesares.

Amén.

Oración corta a Santa Rosa

Santa Rosa,

que entregaste tu vida

a la penitencia,

ayúdeme para que a través

de la oración pueda

imitar tu ejemplo,

y pueda disfrutar

las bendiciones del cielo,

concédeme este favor,

por los siglos de los siglos.

Amén.

Oraciones a Santa Rosa de Lima

Oración de bendición a Santa Rosa de Lima

Santa Rosa,

flor de santidad,

permite que la fragancia

de tus virtudes

se depositen en nuestras vidas,



para poder seguir tu ejemplo

de pureza y penitencia,

ayúdanos a imitar

el amor de Cristo,

bendice a quienes te invocan

a través de la oración.

Amén.

Oración poderosa a Santa Rosa de Lima

Venerada Santa Rosa,

que supiste amar a Jesús

con todo tu corazón,

cada día de tu vida

supiste amar

a los más necesitados,

enseñándonos el amor

incondicional a Cristo,

ayúdame a seguir

tu huella en el mundo y

gozar el cielo a tu lado.

Amén.

Oración a Santa Rosa

¡Oh Santa Rosa!

tú corazón estaba lleno

de caridad y misericordia,

pudiste darte

a conocer al mundo,

hoy te honramos

a través de la oración,

con amor para

extender tu reino,

para que tu nombre

sea venerado

hoy y siempre.

Amén.




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