Novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás

Esta novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás nos brinda una ocasión hermosa para juntarnos con nuestros seres queridos durante nueve días seguidos, compartiendo en familia nuestro amor a la Virgen del Rosario de San Nicolás.

¿Por qué debemos rezar la novena? Porque cada día, por más difíciles que puedan llegar a ser, hay bendiciones por las cuales dar gracias. Solo debemos ver a nuestro alrededor y observar lo bendecidos que somos por tener una familia, salud o simplemente por poder levantarnos cada mañana. Pero también podemos rezar esta novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás para pedir por un problema o necesidad que tengamos, y buscamos un milagro a través de su Gracia. Abajo les dejamos las nueve oraciones, correspondientes a los nueve días que dura la novena.

Novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás

Primer día

Virgen del Rosario,

Madre nuestra,

quien observa desde el cielo,

como el diablo destruye

la fe del mundo,

me encomiendo

a tu poderosa protección.

Te ofrezco humildemente 

esta oración,

para obtener tu bendición

y protección hasta el final.

Amén.

Segundo día

Hoy oramos por el 

espíritu de la alegría,

que María y Jesús

llevan en sus corazones.

Oramos por los líderes

de la Iglesia,

por el Espíritu Santo,

por los bautizados,

para que juntos

caminemos por

el camino correcto

que nos lleva a Jesús.

También oramos,

por la profunda devoción

de María por su hijo Jesús,

y que a través de la oración,

sepa que tenemos

nuestro corazón

abierto al amor de Dios.

Oramos por

los pobres, reprimidos,

por el fin de las guerras,

para que se acerquen a Dios

y vean que nos ama

incondicionalmente.

Amén.

Novena a la Virgen del Rosario de San Nicolás

Tercer día

Virgen del Rosario,

Madre nuestra,

te agradecemos por

todos aquellos que han

dicho sí al Padre.

Ayúdalos para que tomen

el ejemplo tuyo

y de tu sagrado Hijo Jesús,

para que enfrenten

con valentía

todos los desafíos

que se le presentan.

Ayúdalos a tener paciencia,

y que acepten con valor

lo que sucede,

cómo sucede y cuando sucede,

en los tiempos del Señor.

Amén.

Cuarto día

Te suplico que Dios me llene

de compasión y humildad

el corazón.

Nos ayude a ser cordiales,

gentiles, generosos y amorosos

con nuestros hermanos.



Nunca permitas que el orgullo

se apodere de mi corazón,

ayúdame a no hablar mal

de mis hermanos,

y que la humildad

se apodere de mi corazón.

Amén.

Quinto día

Virgen del Rosario de San Nicolás,

tu pureza de misericordia,

castidad y amor,

es tan inmensa,

que siempre permanece

en tu corazón.

Me siento bendecido

por tu pureza,

y aunque a veces se haga difícil,

siempre trato de seguir tu ejemplo

 de pureza y castidad.

Que tu inmenso amor de Madre

me acompañe

en este hermoso camino.

Amén.

 

Sexto día

Jesús, nuestra terquedad,

orgullo y carencia de fe,

hicieron que te lastimaran con

cada espina tu sagrada frente.

Nos faltó confianza

en Tu Misericordia,

y las dudas en nuestros corazones

causadas por la falta de amor,

trenzaron la dolorosa

corona en tu cabeza.

Amado Jesús,

no olvidamos tu amor

por nosotros,

y la resurrección

ante el Padre.

Te pido engrandezcas mi corazón,

con humildad y pureza,

para poder acabar

con el orgullo,

las preocupaciones

y el resentimiento

que me invaden.

Amén.

 

Séptimo día

Virgen del Rosario,

concédeme la virtud de la fortaleza,

para hacer siempre lo correcto,

incluso cuando me invaden

las dificultades

y todo se vea gris.

Santa Madre nuestra,

solo tú sabes lo difícil que son



algunos días para mí.

Guíame en esos días

en los que se me hace difícil

poder hacer lo correcto,

nunca me abandones.

Amén.

 

Octavo día

Oh Jesús,

que tu poderosa fe

trascienda más allá

de nuestro entendimiento,

que cada día estás

a nuestro lado,

por tu resurrección

y el don de la fe,

el cual nos permite

avanzar cada día

con confianza,

a pesar de 

nuestras dudas y temores.

Amén.

 

Noveno día

En el final de este camino,

orando juntos,

arrodillémonos ante Dios y

pidamos para que

nos conceda el don

del conocimiento y la sensatez,

para poder entender,

distinguir, separar y

optar entre el bien y el mal.

Te suplico que me bendigas

con la capacidad

para lograr formular

un juicio correcto por los demás

y sobre nosotros,

que se haga siempre

la voluntad

de nuestro Señor Jesucristo.

Amén.




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